Salida del aburrimiento (Libre)

-En los jardines, recostada en el verde pasto, estaba la profesora en su tiempo libre de clases, aburrida totalmente y por torpe, dejó su violin en el aula, y sentía demasiada pereza como para ir por él. Entonces, se encontraba viendo a las nubes, rayándolas con su dedo trazando dibujitos, cualquier bizarréz que su mente produjera, esperando cualquier cosa interesante que pasara.-

Después de terminar las clases decidí ir hasta los jardines, era un excelente lugar para relajarse acompañado de un buen libro y un poco de música clásica. Ya me estaba preparando mentalmente para esa tarde, en mi mochila cargaba con "Demian" de Herman Hasse, una buena cantidad de chocolates y en mis audífonos ya estaba sonando "La Folia" de Arcangelo Corelli.

Apenas la canción empezaba llegué a mi destino y pude ver a la profesora Winehouse recostada sobre el césped mirando las nubes mientras las señalaba, simulando trazar dibujos supuse, sonreí y me recargue en un árbol a unos metros de distancia de ella y me quede mirándola. Se veía bastante inocente y despreocupada en ese momento, a diferencia del ligero estrés que siempre se le puede notar cuando esta dando una clase, era bastante obvio que le gustaba su trabajo, pero cualquiera encontraría un poco estresante tener que soportar adolescentes desinteresados y problemáticos a diario.

No quería distraerla ni molestarla, y por mucho que me hubiese gustado acercarme y saludarla mis nervios y timidez me lo impedían, además de que mirarla desde mi posición era bastante agradable.

-Continuó dibujando en las nubes por unos momentos. Por fin, decidió levantarse y sacudirse la espalda y luego el trasero, quitando el pasto que quedó en ella por pasar tanto tiempo ahí recostada. Pudo divisar que, tras un árbol, se encontraba uno de sus alumnos, y obviamente le estaba observando, ¿por cuánto tiempo? No sabía, de hecho pensar en ello le hacía sentir un poco dolida pues, creyó no agradarle porque ni siquiera se atrevió a acercarse para decir "Hola". Bajó la cabeza y negó mientras miraba hacia abajo, sólo lo hizo durante unos cuantos segundos. Luego de ello, se acercó hacia el joven, interesada en lo que sonaba en sus audífonos, pero ella sí, esbozó una sonrisa mirándole a los ojos.- ¿Qué onda Anthony? -Dijo entonada gentil.-

Apenas la profesora se levantó no supe que hacer exactamente, no quería quedar como un acosador que solo la mira desde lo lejos sin saludar ni dar señales de vida. Comencé a jugar con mis manos y a morder la pieza de mi perforación labial nerviosamente mientras encontraba que hacer, si algo yo sabía muy bien es que no sé actuar bajo presión. Así que cometí un par de errores, el primero fue ocultarme tras el árbol, el segundo, continuar mirándola detrás de este. Pude ver como negaba con la cabeza ligeramente después de mirarme e hice una mueca de disgusto conmigo mismo, la cuál quité apenas y se acerco a mi. Me quité los audífonos cuando ya estaba aun par de pasos de distancia. Me saludo sonriendo y mirándome a los ojos. Le devolví la sonrisa al igual que el saludo. -Buenas tardes profesora.- Le dije respetuosamente, agache la cabeza durante un segundo en forma de reverencia casual. -¿Como se encuentra el día de hoy?- Pregunté amablemente con un ligero aire de nerviosismo sin dejar de sonreír con sinceridad.

Oh vamos. Soy tu maestra pero tengo 24 años, deja tanto formalismo a un lado. Sé que eres un estudiante modelo y muy inteligente pero, no tienes porqué ser formal todo el tiempo. Pero si quieres...Me encuentro muy bien, le agradezco su preocupación, Sr. Johnson. La questión y preocupación, se encuentran en un ambiente de reciprocidad, de acuerdo a la idiosincrasia social general, por lo cual también debo preguntar. ¿Cómo se encuentra usted el día de hoy? -Concluyó guiñándole el ojo, habiendo demostrado que a pesar de ser la excéntrica maestra de música, también era muy culta y enriquecida en cuanto a vocabulario.- Déjame escuchar, soy tu maestra de música, y tengo que juzgar lo que oyes. -Tomó con o sin permiso el audifono de su alumno, y lo colocó en su oreja. A penas al haber escuchado aquella formidable tonada de violin y piano, quedó cautivada, cerró los ojos y comenzo a mover la cabeza hacia los lados (oreja con hombro) suvamente, mientras hacía un movimiento con su mano, como si estuviese tocando el piano en el aire. Retiró el artefacto auditivo, y lo dejó caer, probablemente quedaría colgado. Le observó llena de satisfacción y alegría.- Arcangelo Corelli, La Folia. Una hermosa melodía del año 1700. Interesante. Molto bene. No me sorprende que oigas esta bella melodía, eres alguien bastante culto también. Estoy tan orgullosa de ti.-Dijo aún con suma alegría en su tono, y una enorme sonrisa. Se interesó un poco más por su alumno, por lo cual, se sentó a su lado mientras veía directo al libro que él traía, quedando absuelta en sus pensamientos, perdiendo la percepción de sus derredores durante unos momentos.-

-Bueno, para responder su cuestión formulada bajo términos de obligación social, le informo que al igual que usted me encuentro muy bien.- Le sonreí. -Y si...supongo que tiene...tienes razón, a pesar de ser mi profesora eres muy joven, y si me permites dejar mi formalismo a un lado, me encantaría y sería un honor llamarte de "tu".- Le dije amablemente aún sonriendo. -Aunque supongo que ya lo estoy haciendo...- Dije en un tono de voz mas bajo mientras miraba el suelo al darme cuenta de en mi última oración ya había dejado de llamarla de "usted".

Tomó mis audífonos y se los puso, la miré mientras ella disfrutaba de la melodía, cuando se quitó el auricular me miró alegre y comentó una pequeña biografía de la canción finalizando diciendo que estaba orgullosa de mi. -Muchas gracias, un comentario así proveniente de tan brillante mente siempre es tomado como un halago.- Agradecí sonriente y seguramente un poco sonrojado.

Se sentó a mi lado mirando el libro en mi mano con interés y algo dudoso extendí la mano ofreciéndoselo para que lo tomara. -Demian...- Dije en voz baja el título de la obra.

Decir que tengo una mente brillante, es más un halago.-Dijo luego de escucharle. Tomó el libro con gracia y agradecimiento, esbozando otra típica amigable sonrisa. Le observó con cautivado detenimiento a los ojos, y luego giró los orbes al libro.- Otra fascinante lectura. Tú y yo nos llevaremos muy bien, siempre que prometas mantenerlo como un tu y yo y no como un usted y yo. No me gusta tanto formalismo, sólo ve cómo vengo vestida a dar clases.-Se sonrosó muy ligeramente mientras, al dejar el libro en las manos del joven nuevamente, pasaba sus manos cual escáner sobre su ropa. Una blusa victoriana blanca, en conjunto con un dije de un corazón con una gota roja que colgaba hasta su pecho. Vestido blanco, un poco corto, llegaba a los muslos, encajes y estilo 100% Victorianos. Unas medias de red negras que cubrían todas sus piernas, y por último, unas extrañas botas de plataforma color blaco con rayas rojas, parecían caramelos de licoricia. Tomó nuevamene el libro, y lo observó unos momentos, cerrado. Pero luego vino algo a su mente, algo que debía comentarle a su alumno con el cual, poco a poco fomentaba cada vez más un lazo amistoso con ella.- Dime, Anthony. Una mujer tiene un hijo, este muere pocos días después de nacer. Queda viuda, y en el siguiente matrimonio, también tiene una hija, muerte 6 días después de nacida. Nacen otros dos niños, ambos, ciegos. Nace otro hijo, este tiene una discapacidad mental. Nace otra hija, y muere a los 2 meses. Nace otro hijo que muere 2 años después. Nace otra hija y muere un año y medio más tarde. Había otro hijo más, pero, basándote en lo que te he dicho de los otros infantes, ¿qué habrías hecho? ¿Lo habrías dejado vivir ó habrías preferido un aborto para evitar el sufrimiento de cualquiera? -Dijo entonada algo seria.-

Sonreí. -Me parece bastante bien, prometo mantenerlo como un "tu y yo".- Miré su ropa al mismo tiempo que ella pasaba sus manos sobre ella después de regresar el libro a mi mano, era bastante admirable y maravilloso su estilo, la base de todo era el estilo victoriano, una de las épocas mas fascinantes de la historia de mi opinión. Tomó nuevamente el libro, lo miró durante unos segundos y entonces me tomó por sorpresa con una pregunta bastante interesante. Pasaron muchas cosas por mi mente, al parecer la genética en verdad estaba en contra de esa mujer...aparte de que su fertilidad era impresionante, pero antes de poder dar una respuesta concreta le respondí con otra pregunta. -¿Cuantos meses de embarazo lleva?- Si tenía mas de 12 semanas no podía aceptar la idea del aborto, ya sería considerado un bebé y abortarlo sería casi como un asesinato, si tenía menos quizás el aborto podía ser considerado, viendo las estadísticas no sería un bebé sano pero no podría impedirle la oportunidad de vida a una persona, pero yo no tengo idea de lo que es ser un padre y perder un hijo...

Si te respondo, podría influír en tu otra respuesta, y habría sido una pista que no tiene nada que ver con el tema, pero...te daré una pista. Para Teresa, pero luego similar a mi...-Dijo aún obsrvando el libro, su acertijo era un desgrarre mental para su alumno seguramente, pues la incertidumbre lo llenaría por completo. Mantuvo su sonrisa y un aire de expectativa, observando el libro, paciente.-

-Beethoven...- Dije con seguridad en voz baja pero clara como respuesta final prácticamente mientras sonreía un poco aliviado e impresionado por su fascinante y entretenido acertijo. Había sido un reto mental, pero su pista en verdad que aclaró todo casi al instante.

Bravítsimo. Molto bene. Wow, estoy impresionada, debo admitirlo.-Su sonrisa estaba llena de un feliz satisfacción, impresión también había, jamás dudó del conocimiento de su alumno y ahora veía que también era muy inteligente. Lo observó mostrándole su felicidad, le colocó su libro en las piernas mientras con ambos brazos lo abrazó, estrujó mejor dicho contra ella. Le dio un beso en la mejilla y luego lo dejó libre al fin.- Muchas, muchas felicidaes. Estoy orgullosa de ti, y un poco de mi. Al parecer mis clases sí te han enseñado después de todo.

Me felicitó y sonreí satisfecho y halagado, fue entonces cuando me abrazó, me quede estático durante esos segundos a la vez que mi expresión cambiaba sorprendida, no sabía como reaccionar en ese momento exactamente. Me besó la mejilla y sentí un incremento en mi ritmo cardíaco, cuando se separo de mi la miré a los ojos sonriente. -Gracias.- Respondí agradecido a su felicitación (y en parte a su muestra de contacto físico) con un poco de timidez. -Aunque tienes razón, le debo mi acierto a tus clases.- Dije ya mas tranquilo sin dejar de mirarla mientras comenzaba a jugar con el libro que tenía sobre mis piernas.

No hay de que...es mi trabajo. Y lo siento...-Dijo en tono entristecido, observó al suelo pues, como no le correspondió el abrazo y su tono era un poco bajo, supuso que desprobó aquella burda conducta que mostraba afecto de algún modo. Volvió a ver hacia arriba, y continuó dibujando las nubes, meintras también le decía.- Discúlpame...no fue mi intención incomodarte. Me siento tan tonta...

-No...yo lo siento, no estoy acostumbrado a que me abracen ni nada por el estilo...- Suspiré, en ningún momento quise hacerla sentirla mal y me sentí como una persona terrible. Mordí mi labio y me atreví a abrazarla, se lo debía de alguna manera. Era agradable recibir y dar afecto a alguien, era algo que había olvidado.

-Al recibir el abrazo, continúo viendo hacia arriba, pero ya sin mover su mano.- *sigh* Pero no por eso tienes que rechazar a los que sí te muestran afecto...no todos son iguales...-Dijo un tanto desganada. No le parecía ese pensar de su alumno, siendo tan inteligente que pensara de esa manera. Lo rodeó con el brazo derecho para también abrazarlo, pero ya no se sentía lo mismo...- Dejando el tema atrás...porque al parecer no te gusta lo sentimental...Dime, ¿quién es tu autor favorito?

-Tienes razón...no todos son iguales.- Suspiré de nuevo y sentí como me rodeaba con el brazo. De nuevo sentí como mi ritmo cardíaco incrementaba. Cambió el tema preguntando quien era mi auto favorito. Yo aún me sentía como la peor escoria del planeta, pero aún así respondí. -No tengo un autor favorito en sí...pero supongo que destacan Lewis Carroll, Herman Hesse, Oscar Wilde, y de la actualidad; Chuck Palahniuk, ¿cuál es el tuyo?- Sonreí ligeramente.

J.K. Rowling...-Dijo esbozando una pícara sonrisa, viendo hacia abajo. No pudo evitar la risilla.- Jaja, es broma. Desde luego que no. Los míos serían...Ludwig Van Beethoven y Johann Sebastian Bach, si analizas, yo te pregunté cuál era tu auto favorito, más no especifiqué de qué tipo. Me gusta hacer chistes que involucren juegos de palabras.-Dijo aún con la sonrisa en ella. Le observó a la expectativa de su reacción emocional, pero nótese que aún lo abrazaba.-

-Me agrada tu sentido del humor, es bastante interesante y tengo aceptar que siempre me toma por sorpresa.- Sonreí y de manera inconsciente la abracé un poco mas fuerte. Desde la primera vez que la vi me llamó la atención, encontraba fascinante su forma de ser, como se expresaba, se vestía y enseñaba. No se en que momento mi admiración hacia ella se convirtió en un sentimiento mas profundo y a la vez en algo un poco doloroso. Ahora que la estaba empezando a conocer mejor, ambos sentimientos aumentaban mas a cada minuto que pasaba. Suspiré y mordí mi labio.

Soy como una buena sinfonía, no sabes qué puedes esperar de ella, sólo que sabes que todo lo que pase, será impresionante. Sólo espero, no convertirme en tu adagio. -Dijo con tranquilidad, seguridad en sí misma también. Aún abrazaba al joven, le volteó a ver y se acercó muy lentamente quedando casi nariz con nariz, pero había bajado un poco la cabeza para apreciar el arte corporal, seáse en este caso, la perforación en su labio. Sonrió y se apartó, pues podría ser acosador el quedarse así.-Linda perforación la que tienes. Yo quiero hacerme una. -Dijo con gentileza, viéndole.-

-Me parece que una obra tan compleja y magnifica, jamás podría convertirse en un adagio.- Le respondí amablemente y con cariño. Durante un instante nuestros rostros quedaron bastante cerca, yo solo inhale profundamente por la nariz. Miró mi perforación, se aparto un poco y continuó examinándola. -Gracias.- Me sonrojé un poco ante su comentario. -¿En verdad?- Sonreí, no me sorprendía que quisiera hacerse una perforación. -Se te vería bastante bien. ¿sabes en que parte del cuerpo quieres hacértela?- Pregunté con un poco de curiosidad, mientras que en mi mente ya veía imágenes de ella con distintos tipos de perforaciones al mismo tiempo que intentaba elegir cuál se le vería mejor.

Me halaga que me creas una obra compleja. Te agrdezco mucho, de hecho, tú también eres todo una obra de arte, pero eres algo como...arte abstracto. Cada quien lo ve desde su propia perspetiva. Unos podrían verte como el niño raro porque le gusta el estudio y los conocimientos...todos lo que te vean así, son idiotas. Yo te veo como uno en un millón, claro, en el buen sentido. Aquél que por gusto se enriquece...todo lo merece. Y bueno, creo que sabes que me refiero a un tipo especial de enriquecimiento, y no es de dinero precismente.-Concluyo haciendo verso entre sus oraciones llenas de halago y sinceridad para el joven, pero también un aire narcisista pues le quería demostrar que podía improvisar versos también, algo que no todos pueden hacer, al menos no un verso que tenga sentido. Esbozó una sonrisa a partir del comentario positivo acerca de una perforación, y respondió.- Tres lugares; lengua, ombligo y probablemente uno en la nariz.-Dijo orullosa y cautivada por el del labio Anthony, mas no era tan obvia, sólo lo miró de reojo, sería imposibl notarlo. Se levantó, nuevamente sacudiendo su ropa por detrás, aunque olvidó que se estaba tocando a ella misma frente a un alumno. Un torpe error suyo, pero su intención sólo era la de hacer eso para luego girarse y sonreír.-En serio me agradas, me gustaría ir contigo a algún lugar fuera del Instituto, conocerte ha sido un basto placer, tu complejidad mental y tu enorme intelecto me tienen atónita, no porque no pensara que no podrías ser inteligente, sino porque...-Se sonrojó ligeramente.-Tienes gustos similares a mi...

-Impresionante, incluso puedes agregar versos improvisados a tus oraciones. Eso es fantástico, seguramente así comenzó Alighieri, yo con trabajos y logro hacer una mala copla...- La miré con admiración, y después de mi patética confesión rodeé los ojos como muestra de desaprobación y de nuevo la miré sonriente. Era la verdad lo que le había dicho, el lo personal la poesía no era mi fuerte...

Respondió a mi pregunta sobre donde se haría la perforación, sonreí y le respondí un poco sorprendido.-Lengua, vaya, me han dicho que es bastante dolorosa, pero bueno, supongo que vale la pena cuando tienes el resultado final. Estoy seguro que cualquiera de los tres te quedaría de maravilla.- Dije sonriendo con sinceridad.

Ella se levantó y sacudió su ropa, mientras ella se sacudía yo me levanté imitándola. Mi mirada se iluminó al escuchar su comentario y sonreí. -Digo lo mismo, para mi ha sido un verdadero deleite pasar este tiempo contigo y conocerte un poco mejor, y sería un placer y honor poder verte en un lugar externo al colegio. Solo dime la hora y el lugar y ahí estaré sin falta.- Prefería que ella eligiera el lugar y hora para que lo ajustara a su agenda y posibilidades.

Hmm...vayamos por un chocolate caliente en algún café, amo el chocolate. Es un nuevo dato, sólo por si quieres saber...Yo invito, jamás dejaría que mi alumno pagara, estaré realmente ofendida si me dices que pagarás lo tuyo.-Dijo con suma gentileza, sonriéndole ampliamente, y observándole fijamente a los ojos, pero aún soriendo.-

-Maravilloso, otra cosa que tenemos en común.- Comenté cuando mencionó su gusto por el chocolate, seguramente si ella abría mi mochila en ese momento encontraría unas cuantas barras de chocolate dentro. -Muy bien...te dejaré pagar con la condición de que la próxima vez me dejes invitar a mi, así estará equilibrada la situación ¿te parece?- Le ofrecí sonriendo, no podía aprovecharme de su gentileza cada que la viera, y esperaba que hubiese muchas salidas en un futuro a su lado...

Te diré que...sólo por el halago de asumir que tenemos oportunidad de salir otra vez, accederé. Te agradezco mucho tu gentil comportamiento conmigo, no me malentiendas pero, a veces, por ser maestra me ven como un ente raro sólo porque represento autoridad...y por un momento pensé que podrías ser como los que así lo ven, pero no es así y es adorable...me gusta...-Dijo y le observó un poco sonrojada.-Enserio que eres único...-Desvió la mirada por sentir algo de pena, y así se quedó unos momentos. Devolvió la mirada pero...suspiró. Temía que tal vez y sólo tal vez, estuviese sintiendo algo más que sólo una relación alumno y maestra...no porque no le fuese a gustar, sino que lo creía demasiado bueno para ser verdad...Lo miró nuevamente a los ojos, no quería irse sin tener esa imagen en su memoria antes de hacerlo.- Te veo a las...7 en punto en el Starbucks, ¿qué dices?-Dijo gentil.-