Entre clases (Abierto)

-En aquellos lares académicos, fuera del horario de clases, se encontraba aquella excéntrica dama de cabello pintado en color rojo con una especie de rosa decolorado, con un violín eléctrico contra la mejilla izquierda y bien sujeto con la mano en el mismo lado. Estaba produciendo, aquella que la había dejado como institutriz de la clase de música, sea entonces que, conectado a un amplificador de 1200 Watts de potencia, con múltiples, quizá exageradas, bocinas en todo el salón. Parecía una especie de teatro, tenía el escenario elevado, con un único banco en el que estaba sentada la profesora y detrás una especie de gradas estilo orquesta. Realmente, disfrutaba de estar sola tocando cualquier instrumento, pero su favorito era el violín. Cualquiera que entrara al salón, podría deleitarse con la bella melodía que con el instrumento producía, pero también, tenía una tonada entristecida.-



Off: xD Ve el vídeo, por fa D: es la canción que estoy tocando (L)

Estaba aburrida, empeze a caminar por los pasillos buscando algo que hacer, últimamente hablar sola era aburrido, empeze a caminar por los pasillos, hasta que escuche un hermoso sonido de violin -Madam- dije sonriente a la vez que escuchaba el hermoso sonido de su violín electrico, al llegar al lugar me tire en el piso escuchando su canción y al terminar le aplaudí -¡hola hermana!- dije a la vez que me paraba.

Ohh, hola, hermanita. ¿Cómo estás? -Dijo la profesora, dejando su violin en el suelo, recargando el puente contra el banco. Observó a la jovencita, a su hermana. Esbozó una amigable sonrisa, no muy personalizada pues así les sonreía a todos lo estudiantes, y no diferente a los otros, ella era también alumna suya, pero obviamente a ella la amaba.-

Me encojí de hombros y suspire -nada! el día ah estado muuuuy aburrido- dije mientras sacaba chocolate de m i mochila y me servia unos cuantos pedasos -y ¿que tal tu día?- le pregunte.

Pues me pareció muy agradable, como siempre disfruto de la enseñanza.-Dijo entonada amigable, y con una sorisa labial. Pero suspiró profusamente también, observándole y por decir.- Aunque...uno de mis alumnos...no puedo quejarme de él, es realmente un estudiante modelo...pero...Se distrae taaaaaaaanto en mi clase, no sé porque. Debe ser otro joven enamorado, me pregunto quién será la afortunada. -Dijo con un tono de sospecha, aún viendo a su hermana.-

Jo! ¿Quien sera?- le pregunte guiñandole un ojo -tal vez este enamorado de ti, tu sabes, la tipica historia del alumno enamorado de la maestra- dije con aire soñador mientras suspiraba, en eso se me olvido el aburrimiento y la curiosidad me mataba.

Creeme que lo dudo mucho, Bridget. Estoy muy mayorcita para él, y no parece distraerse por mi, sólo parece estar distraído. Su nombre es Anthony Johnson, y creeme que me da la misma curiosidad, ¿quién será esa que se roba su corazón? Espero que le sepa corresponder. -Observó con la mirada llena de sospecha a su hermana, y le arqueó una ceja, cruzándose de brazos y separando una pierna.- Dime, ¿tú le corresponderías? -Dijo insinuante.-

Me quede en shock y me sonroje furiosamente -emmm...yo..este su~supongo- dije bajando la mirada al piso -pero tu guarda el secreto- dije entrecerrando los ojos.

-La profesora se había volteado para el momento que su hermana se sonrojó, no la pudo ver, sólo la escuchó pero no notó su tono de voz pues se enfocó en que tenía que ir a otro salón sólo para recoger unos papeles. Estaba guardando aquél violín con rayas blancas y negras en su estuche, se puso su excéntrico sombrero de 20Cm. de diametro, en color blanco. Lo acomodó y acomodó su cabello con suma elegancia, a pesar de que su vestimenta caercía de la misma, pero igual, su esplendorosa belleza de algún modo, sempre conseguía llevarse bien con su forma de vestir. Observó a su hermana y le sonrió.- ¿Me acompañas? -Dijo moviendo ligeramente el brazo, el diestro, donde llevaba su violín.-

Recorría los pasillos buscando a Bridget, había olvidado su libro de calculo en el salón, por suerte lo vi antes de que el profesor lo cerrara. Esuche su voz proveniente de uno de los salones, no pude escuchar lo que decía, pero reconocía su tono de voz en cualquier lugar. Con algo de timidéz toque la puerta y entré lentamente. -¿Bridg...?- Pregunté con medio cuerpo dentro del salón. Miré al frente y ahí estaba ella, acompañada. -Profesora...- La miré de pies a cabeza y me puse nervioso, era bastante bella y joven para ser profesora. -Vaya coincidencia encontrarla aquí, bueno no realmente ya que es el salón de música.- Le sonreí mientras pensaba en la estupida impresión que acababa de dar. -Bridg, olvidaste tu libro.- Dije mostrandole el libro de texto que traía en la mano derecha.

Me quede estatica en mi lugar -gra~gracias- dije con la vista baja y roja como tomáte, aferre el libro a mi pecho y me quede con la vista perdída como si el piso fuera lo más interesante del mundo. ¿Cuanto habra escuchado?

Jajaja, tienes toda la razón. Justo estaba hablando de ti. -Observó al joven que había entrado en su aula, amigable como siempre.- Al menos sé que eres honesto, a tu edad, yo habría tirado el libro a la basura o por la ventana...-Esbozó una sonrisa burlona.- Es broma realmente, jamás le daría un mal ejemplo a un alumno como tú. -Reacomodó su sombrero con sumo estilo, y luego acarició su propia cabello, su cautivadora belleza se notó otra vez., no lo hacía a propósito, sólo pasaba...Se acercó al joven alumno, y aún con su sonrisa.- ¿Quieres ir con nosotras? -Dijo esta vez con un tono un tanto flojo, pues su intención era la de darle a cargar su violín, el cual levantó y mostró al joven, manteniendo la sonrisa. Como ella era muy feminista, pensaba que, si tan musculosos eran los hombres, ellos debían cargar las cosas de las damas.-

-No hay de que.- Respondí a Bridget con amabilidad.

No pude evitar sonreír cuando la profesora me dirigió la palabra. Cuando mencionó lo de la honestidad sonreí un poco mas. -Gracias.- Dije por lo baje, cuando comentó el como hubiese actuado ella en caso de estar en la misma situación que yo con el libro la miré sorprendido y entonces se retractó y mi sonrisa regresó. Durante un instante mi imagen de completa perfección que tenía de ella se esfumó, para regresar casi inmediatamente.

Acomodo el elegante sombrero que decoraba su cabeza y acarició su cabellera, sonreí cautivado ante su acción. Se acerco a mi y preguntó si me gustaría acompañarlas, no sabía a donde se dirigían ni nada por el estilo pero eso no me hizo rechazar la invitación, al contrario. -Será un placer acompañarlas.- Dije mientras tomaba con cuidado el estuche con el violín dentro que me había puesto en frente sin dejar de sonreír.

Seguí mirando el piso, escanendo cada perfecta raya en el, alze la vista para ver a Anthony sonreir ante los coqueteos de mi hermana, claramente era muy bella, cosa que yo jamás sería, suspire bajo, en un tono triste, pero yo era buena para disimular, esboze mi mejor sonrisa y los mire a ambos.

-Vamos pues- dije dulcemente, se podria decir que sone alegre como siempre. Pero mis ojos estaban tristes, sentía que algo se oprimia en mi pecho, pero no le tome mayor importancia, había pasado por cosas peores -¿Lo llevo yo?- dije apuntando el violin, no me parecía muy amable hacer que el cargara cosas, sería enfetisar el cliche de que el hombre es mejor que la mujer.

Me parece bien, hermana. -Dijo con un tono gentil. La observó de reojo y se acercó al joven, quitándole su violín con sutileza. Se lo llevó y se lo dio a su hermana sonriéndole y, al estar dándole la espalda al muchacho, ladeo disimuladamente la cabeza, como si tratara de señalar al joven, y le guiñó el ojo a su hermana. Liberó el violín, y se giró nuevamente, dirigiéndose a la salida del aula, ambos jovenes quedarían dentro, y ella poco a poco se alejaba del aula, sonriendo.-